La Alhambra es un lugar tan especial que de por sí sola es razón más que suficiente para ir a Granada. Un complejo palaciego que cuenta con una amplísima historia en cada uno de sus rincones y que se consolida como uno de los grandes bastiones del patrimonio cultural de España.

Este conjunto nos espera en los márgenes del río Darro, en lo alto de una colina. Sin duda, una ubicación de cuento en la que La Alhambra se encuentra escoltada por montañas y un frondoso bosque.

Aunque hoy podamos visitarla y sea un atractivo turístico, La Alhambra era, al principio, unas instalaciones que se usaban con fines militares. Hasta que, con el establecimiento del reino nazarí, se convertiría en una residencia real allá por el siglo XIII.

De ella nos enamoran las excepcionales manifestaciones del arte andalusí, pues los interiores de los palacios de este complejo dejan atónito a cualquiera. También nos encantan su fachada e impresionantes murallas de tonos rojizos. Y es que, precisamente, ‘Alhambra’ viene de un término árabe que se traduce como “castillo rojo”.

Por si fuera poco, este emblemático lugar tiene un ‘vecino’ que hace el conjunto aún más especial: frente al conjunto palaciego se erige otro palacio de frondosos jardines denominado Generalife. Se trata de una encantadora villa que era usada como residencia de descanso por los reyes nazaríes de Granada.

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