San Cristóbal de La Laguna es la primera ciudad fundada en Tenerife después de ser conquistada en 1496 por los barcos procedentes de la península. Por aquel entonces, los aborígenes ya se habían asentado en La Laguna, pero fue con la anexión a la Corona de Castilla cuando comenzó a ser la que conocemos hoy en día.
Sus orígenes se remontan al siglo XVI, pero es en 1819 cuando se convierte en Catedral. Actualmente luce así por la reconstrucción que sufrió a principios del siglo XX, siendo su llamativa fachada neoclásica el único elemento que conserva de su antiguo aspecto.
En esta plaza podemos encontrarnos con el ayuntamiento, los juzgados, la Ermita de San Miguel y el Convento de Santa Catalina. Lo que más llama la atención de este convento es su característico balcón con celosía, procedente de Marsella y que se colocó en el lugar que ocupa en 1870.
Esta iglesia se encuentra entre las plazas del Doctor Olivera y de la Concepción. Este edificio es el resultado de la reedificación del templo en 1974 ya que en 1972 el templo sufrió el hundimiento de varias naves.
Una de las calles más bonitas y principales de La Laguna es la Calle Herradores. Comienza en la Plaza del Adelantado, donde podemos ver en su primer tramo algunas de las principales casas señoriales que fueron ocupadas por comerciantes y nobles.