A estas alturas, seguro que eres consciente del gran carácter natural de Gran Canaria. Una isla repleta de rincones y parajes dignos de explorar. Pero lo mejor es que en la costa no solo tenemos maravillosas playas donde disfrutar, sino que a lo largo de la isla, especialmente en la zona norte, encontraremos fantásticos charcos y piscinas naturales de Gran Canaria donde podemos refrescarnos en entornos únicos.
Unas de las piscinas naturales de Gran Canaria más emblemáticas son las de Las Salinas de Agaete, conectadas entre tubos volcánicos. Aquí tendrás la sensación de nadar dentro de un ‘castillo oceánico’, pues estos charcos poseen numerosos pilones de piedra en sus bordes para proteger a los bañistas de las olas.
En El Risco de Agaete aguarda una de las joyas naturales más preciadas de Gran Canaria. El Charco Azul es una poza natural formada entre riscos que nos maravilla con una encantadora cascada que suele permanecer durante casi todo el año.
Continuamos en el norte de Gran Canaria. En el municipio costero de Gáldar nos encontraremos con los charcos y piscinas naturales de El Agujero, que nos brindan maravillosas vistas al Atlántico mientras nos relajamos con un buen baño.
¿Te están aumentando las ganas de pegarte un chapuzón leyendo esta lista? Pues tampoco debes perderte otros de los charcos y las piscinas naturales en Gran Canaria más destacados: Roque Prieto. Este lugar se ubica en el municipio norteño de Santa María de Guía
Si nos vamos a Arucas, nos toparemos en su costa con otro charco que nos encanta, el de Los Charcones. Se trata de un lugar muy accesible, cerca de la autovía, y nos brinda la oportunidad de bañarnos con inmejorables vistas y de descubrir los pequeños charquitos a su alrededor cuando baja la marea.
¿Pensabas que no te hablaríamos hoy de la capital? En Las Palmas de Gran Canaria también hay otras de las piscinas naturales en Gran Canaria imprescindibles. En el entorno de la playa de La Laja encontraremos hasta tres piscinas: una piscina infantil natural en forma de media luna, otra adaptada a deportes reglados de 50 metros de longitud y una tercera familiar.
Con el Faro de Sardina custodiándolo, el Charco de Los Espejos maravilla a todo el que se sumerge en sus aguas cristalinas mientras las olas rompen al lado. Un charco natural impresionante para relajarnos frente al Atlántico.